En desplazamientos urbanos no bajes la guardia

La ciudad es tu territorio. Esas calles que recorres cada día, los semáforos, los atascos que esquivas con destreza. Conoces cada bache y cada curva. Pero en este escenario conocido, ¿bajamos la guardia?

Pensamos que a bajas velocidades no pasa nada. Que el trayecto es corto. Que la chaqueta sobra. Son solo unos minutos...

Pero la ciudad no entiende de distancias cortas. Solo de riesgos reales.

*   Un coche que abre una puerta inesperadamente.
*   Un peatón que cruza sin mirar, absorto en su móvil.
*   Una mancha de aceite, un bordillo, una frenada brusca del de delante.

El asfalto urbano es igual de duro que el de carretera. A 50 km/h, una caída es un impacto brutal. La piel no está diseñada para rozar el asfalto.

Tu equipamiento no es un "extra" para la carretera. Es tu segunda piel en la ciudad.

La Chaqueta: No es solo un abrigo. Es una armadura flexible con protecciones en hombros, codos y espalda. Te salva de raspones graves y de impactos contra el suelo o otros vehículos. Para verano, las hay con malla, que te mantienen más fresco.
Los Guantes: Son lo primero que apoyas instintivamente en una caída. Tus manos son tus herramientas, tu trabajo, tu vida. Unos guantes evitan las lesiones más comunes y dolorosas: desde rozaduras hasta la pérdida de piel.
El Casco: En ciudad, el riesgo de impacto es altísimo. Un coche frenando, un retrovisor... Un casco absorbe el golpe y protege la cabeza.
Calzado Cerrado: Nada de sandalias o zapatillas. Un tobillo torcido te puede tener semanas sin poder conducir ni trabajar. Unas botas o zapatos resistentes mantienen tus pies a salvo.

No se trata de miedo. Se trata de inteligencia. De prevenir.

Equiparte no debe darte pereza. Es ser inteligente, consciente y responsable. Contigo mismo y con quienes te esperan en casa. Regalate seguridad, regala seguridad.

La ciudad te da libertad. Que un despiste no te la quite!
Porque ningún trayecto es demasiado corto para la seguridad.

Texto original: DeepSeek